Aunque el dolor abdominal es frecuente y a menudo intrascendente,
el agudo e intenso es casi siempre un síntoma de enfermedad intra-abdominal.
Puede ser el único indicador de la necesidad de una intervención quirúrgica.
Hay que decidir pronto si el paciente tiene un «abdomen quirúrgico». Se puede perder un tiempo precioso en
exploraciones inútiles: la gangrena y la perforación del intestino pueden
producirse en un tiempo tan corto como 6 horas tras la interrupción del aporte
sanguíneo al intestino, ya sea por una obstrucción con estrangulación o por una
embolia arterial.
El dolor abdominal puede ser agudo,
planteándose la cuestión de una cirugía de urgencia, o crónico, en cuyo caso el
tratamiento es médico (al menos durante un tiempo prolongado). Las
descripciones del dolor abdominal en
los libros de texto tienen serias limitaciones, porque cada individuo reacciona
al dolor de forma distinta. Los lactantes
y los niños pueden no ser capaces de localizar sus molestias. Los pacientes
obesos o ancianos suelen tolerar el dolor mejor que los demás, pero tienen
dificultad para localizarlo. Por otra parte, los pacientes histéricos tienden a exagerar los síntomas.
Hay
documentos en la literatura médica donde se describen procesos abdominales
agudos desde la época de Hipócrates; existen además en la primera mitad del
siglo XVIII informes sobre enfermedades
abdominales intervenidas de urgencia por cirujanos de la época, pero no es
hasta finales del pasado siglo cuando John B.Deaver (1855-1931) profesor de
cirugía de la Universidad de Pennsylvania y cirujano del Hospital Lankenau de
Filadelphia introdujo en la literatura médica el término abdomen agudo.
Dicha
expresión aunque abstracta está completamente difundida en todo el mundo y los
médicos la emplean para calificar "Cualquier afección aguda de la cavidad
abdominal que necesita tratamiento urgente, en ocasiones médico pero la mayoría
de las veces quirúrgico en cuyo caso se denomina abdomen agudo quirúrgico.
Esta
denominación la empleó Deaver para
sintetizar las manifestaciones clínicas graves de diferentes procesos
abdominales quien además añadió: ”en los casos de abdomen agudo debe pensarse
en el apéndice, antes, ahora y
siempre.”
En
1921 Zachary Cope publica su clásico manuscrito sobre abdomen agudo, que se
inscribe en los anales de la historia como un trabajo clásico sobre las
enfermedades que lo producen; desde entonces la introducción de los
antibióticos durante y después de la Segunda Guerra Mundial, el conocimiento de
la respuesta metabólica del operado a finales de la década del 40, el dominio
del balance hídrico y electrolítico en la década del 50, el monitoraje del
sistema cardiovascular a finales del 60 y el uso de la alimentación parenteral
más recientemente, ha contribuido a salvar muchos enfermos operados de abdomen
agudo. Sin embargo en el diagnóstico del mismo no ha podido ser sustituido una
buena anamnesis y un cuidadoso examen físico. Los análisis de sangre y de
orina, los estudios radiográficos y recientemente la ultrasonografía,
tomografía computadorizada y resonancia magnética, han servido para eliminar
muchas enfermedades que simulaban un abdomen agudo.
No
obstante a pesar del desarrollo tecnológico expuesto, existen estudios automatizados
que informan que todavía escapan al diagnóstico diferentes procesos
abdominales, de aquí que tenga validez en cierta forma, la clasificación de síndromes con la connotación que la emplean los anglosajones.
Este síndrome clínico
caracterizado por dolor abdominal asociado a otros síntomas y signos puede
constituir el abdomen agudo quirúrgico, que requiere una laparotomía de urgencia. Puede simularse por otras enfermedades
fuera de la cavidad y por otros procesos agudos del abdomen que generalmente no
requieren tratamiento quirúrgico de urgencia.
Nosotros definimos el abdomen
agudo quirúrgico como todo proceso que se desarrolla en la cavidad
peritoneal de comienzo agudo, de carácter grave, progresivo e irreversible en
la mayoría de las ocasiones, que requiere una intervención quirúrgica urgente,
si no da al traste con la vida del paciente.
La decisión que tomará el médico al examinar el paciente debe ser
rápida pero no precipitada y se formulará las siguientes preguntas:
1. ¿Es un abdomen agudo médico o quirúrgico?
2. ¿La intervención quirúrgica es inmediata?, o
3. ¿Debemos observar el paciente durante un tiempo para mejorar su
estado o para definir conducta?