El hecho de que los padres
estén involucrados y sentirse conectados a la escuela aumenta las probabilidades
de que un adolescente duerma lo suficiente. Las investigaciones han sugerido que los factores de desarrollo, concretamente los
niveles bajos de la hormona que induce el sueño, la melatonina, podrían
explicar por qué los niños duermen menos a medida que se vuelven adolescentes.
Pero este estudio, publicado
en la edición de diciembre de la revista Journal of Health and Social Behavior,
halló que los lazos sociales, incluyendo las relaciones con los padres y los
amigos, podrían tener un efecto más significativo en el cambio de los patrones
de sueño de los adolescentes que la biología.
"Mi estudio halló que
los lazos sociales eran más importantes que el desarrollo biológico como
predictor de las conductas de sueño de los adolescentes", señaló en un
comunicado de prensa de la Asociación Americana de Sociología (American
Sociological Association) David Maume, profesor de sociología de la Universidad
de Cincinnati.
Maume analizó los datos
recogidos de casi 1,000 jóvenes cuando tenían de 12 a 15 años de edad. Durante
esos años, la duración promedio de las horas de sueño de los participantes cayó
desde más de 9 horas por noche en los días en los que hay clase a menos de 8.
Halló que la supervisión de
los padres a los adolescentes (sobre todo establecer una hora para ir a dormir)
tenía un gran efecto en los hábitos de sueño saludables.
"La investigación
muestra que los padres que están pendientes de sus hijos tienen menos
probabilidades de que éstos se metan en problemas o consuman drogas y
alcohol". "Mis hallazgos sugieren que con el sueño se produce una
dinámica similar. Los padres que monitorizan la conducta de sus hijos tienen
más probabilidades de que sus hijos descansen lo adecuado. Dado que los niños
generalmente duermen menos conforme se vuelven adolescentes, los padres
deberían estar cada vez más alertas en esta etapa", añadió.
Los adolescentes también
experimentaban un sueño de mayor duración y mejor calidad si sentían que
formaban parte de su escuela o si tenían amigos a los que les importaba la
escuela y eran personas positivas y sociables.
"Los adolescentes que
tienen amigos prosociales tienden a comportarse de maneras prosociales, lo que
incluye ocuparse de la salud de uno durmiendo lo apropiado", indicó Maume.
Cuando los adolescentes
tienen problemas para dormir, los médicos a menudo recomiendan medicamentos con
receta para afrontar el problema. "Mi investigación indica que es
necesario ir más allá de la biología cuando se quiere comprender y tratar los
problemas de sueño de los adolescentes", afirmó Maume. "Este tipo de
aproximación podría llevar a que hubiera más consejerías o una mayor
involucración por parte de los padres en la vida de los adolescentes. Ambas
cosas son menos invasivas que las soluciones habituales de las recetas médicas,
y, en el caso de la involucración de los padres, más barato".
Artículo
por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTE: American
Sociological Association, news release, Dec. 5, 2013
HealthDay
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