Se sabe que la luz solar
baja la presión arterial, pero ahora un equipo de investigadores británicos ha
descubierto por qué. Lo que hallaron es que el
óxido nítrico conservado en las capas superiores de la piel reacciona con la
luz del sol y hace que los vasos sanguíneos se anchen, a medida que más óxido
pasa al torrente sanguíneo. A su vez, esto baja la presión arterial.
"Se trata de un
hallazgo inesperado, ya que no se había considerado que la piel tuviera que ver
con la regulación de la presión arterial", comentó el investigador líder,
Martin Feelisch, profesor de medicina experimental y biología integradora de la
Universidad de Southampton.
Feelisch señaló que cree (si
este hallazgo es confirmado en investigaciones posteriores) que la exposición a
la luz ultravioleta podría ayudar a reducir el riesgo de enfermedad cardiaca.
"Ahí es donde se pone interesante", dijo.
Entre las personas con una
presión arterial normal, el efecto de la luz ultravioleta es modesto: un
descenso en la presión arterial de entre 2 y 5 milímetros de mercurio (mmHG),
apuntó Feelisch.
"Se trata de un efecto
leve", comentó. "Pero si se repite este estudio en personas con
hipertensión, predigo que se verá una reducción más sustancial".
Evitar la luz solar o
utilizar filtro solar constantemente por temor al cáncer de piel podría ser un
nuevo factor de riesgo de la enfermedad cardiaca, señaló Feelisch.
Pero no está sugiriendo que
las personas deban tomar la luz del sol o utilizar camas de bronceado con la
esperanza de reducir la presión arterial. Lo que recomendó es pasar un tiempo
moderado al aire libre.
"Las personas mueren de
cáncer de piel, y la luz del sol es el único factor de riesgo conocido que
contribuye al cáncer de piel", advirtió Feelisch. "Estamos plenamente
conscientes de ello, y no decimos que todo el mundo deba tomar todo el sol que
pueda. Se trata de un factor de riesgo muy real, pero también el riesgo de
enfermedad [cardiaca] es real. Una de las cosas que más contribuyen a la
enfermedad es la hipertensión".
La exposición excesiva a la
luz del sol conlleva el riesgo de contraer cáncer de piel, dijo Feelisch, pero
muy poca podría aumentar el riesgo de enfermedad del corazón. Y más personas
mueren de enfermedad del corazón que de cáncer de piel, señaló.
"Creemos que hay que
reevaluar cuidadosamente el consejo actual de salud pública, que está dominado
por el miedo al cáncer de piel", planteó. "Ha llegado el tiempo de
observar el equilibrio del riesgo de cáncer de piel y de enfermedad
cardiovascular".
El informe aparece en la
edición del 20 de enero de la revista Journal of Investigative Dermatology.
El Dr. Gregg Fonarow, jefe
asociado de la división de cardiología de la Facultad de Medicina David Geffen
de la Universidad de California, en Los Ángeles, dijo que la hipertensión es un
importante factor de riesgo de accidente cerebrovascular y enfermedad renal,
además de la enfermedad cardiaco.
Ya se sabía que los niveles
de presión arterial eran más altos durante el invierno y más lejos del ecuador,
pero el motivo de esas observaciones no estaba claro del todo, comentó.
"Este nuevo estudio
halla que la exposición a la luz UV en la piel inducía la liberación del óxido
nítrico, y reducía modestamente la presión arterial, lo que sugiere que esto
podría desempeñar un papel en la modulación de la presión arterial",
apuntó Fonarow, vocero de la Asociación Americana del Corazón (American Heart
Association).
Se necesitan más estudios
para determinar hasta qué punto los niveles variables de exposición a la luz
solar podrían desempeñar un papel en la regulación de la presión arterial y la
reducción del riesgo cardiaco, planteó.
Para el estudio, Feelisch y
sus colaboradores expusieron a 24 personas con una presión arterial normal a
radiación ultravioleta A equivalente a pasar unos 30 minutos bajo el sol.
Hallaron que la exposición
ensanchaba los vasos sanguíneos, lo que redujo significativamente la presión
arterial y cambió los niveles de óxido nítrico en la sangre.
Artículo
por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Martin
Feelisch, Ph.D., professor, experimental medicine and integrative biology,
University of Southampton, United Kingdom; Gregg Fonarow, M.D., professor,
medicine, and associate chief, division of cardiology, University of
California, Los Angeles, David Geffen School of Medicine; Jan. 20, 2014,
Journal of Investigative Dermatology
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