La terapia con estrógeno
tras la menopausia podría ayudar a reducir los problemas de memoria asociados
con el estrés en algunas mujeres mayores, sugiere un nuevo estudio de tamaño
reducido. "Esos niveles más altos de estrógeno se relacionan con una menor
liberación de la hormona del estrés tras un evento estresante", señaló la
investigadora del estudio, Alexandra Ycaza, candidata doctoral en psicología de
la Universidad del Sur de California.
Ycaza presentó los hallazgos
el domingo en la reunión anual de la Sociedad de Neurociencia (Society for
Neuroscience) en San Diego.
El uso de terapia de
reemplazo de hormonas tras la menopausia declinó marcadamente en EE. UU.
después de que un ensayo clínico que observaba la terapia con estrógeno y
progestina se detuvo en 2002. Los investigadores hallaron que los beneficios,
como las reducciones en el cáncer de colon, los sofocos y las fracturas de
cadera no superaban a los riesgos, como el ataque cardiaco, el accidente
cerebrovascular y los coágulos sanguíneos.
Muchos expertos recomiendan
que las mujeres en la menopausia tomen la dosis más baja de terapia hormonal
posible durante el periodo más breve solo si sufren de síntomas molestos.
Para el estudio, Ycaza
evaluó a mujeres que participaron en un estudio de mayor tamaño que observaba
las diferencias entre tomar terapia de reemplazo hormonal poco después de la
menopausia en comparación con más tarde, además del efecto de la terapia sobre
el sistema cardiovascular. Ese estudio asignó a las mujeres a uno de dos grupos,
las que tomaban reemplazo hormonal y las que no, y entonces les dio seguimiento
durante casi cinco años. Para la investigación, Ycaza se enfocó en 42 de esas
mujeres.
De forma aleatoria, las
expuso a una situación estresante (colocando su mano en agua helada durante
tres minutos) o a una situación no estresante. En cada sesión, midió los
niveles de estrógeno y de cortisol, la hormona del estrés.
Tras cada situación, las
mujeres tomaron pruebas para medir su memoria de trabajo, como recordar una
lista de palabras mientras leían oraciones y tomar decisiones sobre si las
oraciones eran gramaticalmente correctas.
Ycaza observó el rendimiento
y entonces revisó si los niveles de estrógeno y cortisol eran un factor.
"Nuestras mujeres en el nivel inferior [de estrógeno] mostraron una
reducción en el número de palabras que podían recordar tras [la situación de]
estrés", señaló.
Recordaron alrededor del 50
por ciento de las palabras tras estresarse. "Si no se estresan, recuerdan
alrededor del 60 por ciento".
Las mujeres con el estrógeno
más alto recordaron el 55 por ciento de las palabras cada vez,
independientemente de si estaban estresadas o no antes de la prueba.
Los niveles de cortisol de
las mujeres con menos estrógeno se duplicaron después de la exposición
estresante, respecto a antes de la misma. Los niveles de cortisol en las
mujeres con más estrógeno aumentaron muy poco tras la exposición estresante.
En el nuevo estudio, no se
sabía qué mujeres tomaban la terapia de reemplazo hormonal. La investigación no
probó una relación causal entre que una mujer tuviera unos niveles más altos de
la hormona y no tener una reducción en la memoria.
Las mujeres mayores pueden
recurrir a otros métodos además de la terapia hormonal para proteger la
memoria, aseguró el Dr. James Burke, director de la Clínica de Trastornos de la
Memoria del Centro Médico de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del
Norte. Burke no participó en el estudio.
"En general, la
investigación respalda el ejercicio diario, la estimulación intelectual, la
participación social y una dieta mediterránea", comentó Burke.
"Los resultados son
interesantes, pero el estudio fue pequeño", dijo. Añadió que sumergirse en
agua helada "no es igual que los factores estresantes de la vida
real".
Otro experto dijo que el
tratamiento hormonal solo sería viable para ciertas mujeres.
"Los riesgos
establecidos de la terapia de reemplazo hormonal para la mujer postmenopáusica
promedio no justifican los beneficios potenciales", aseguró el Dr. Gary
Kennedy, director de psiquiatría geriátrica del Centro Médico Montefiore, en la
ciudad de Nueva York, que revisó los hallazgos del estudio. "Sin embargo,
en esa minoría de mujeres que experimentan síntomas graves, el riesgo vale la
pena para mantener la función".
El ejercicio ayuda a las
mujeres a soportar los efectos del estrés, enfatizó.
El estudio fue financiado
por el Instituto Nacional del Envejecimiento de EE. UU. Debido a que se
presentaron en una reunión médica, las conclusiones deben ser consideradas como
preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por colegas.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES:
Alexandra Ycaza, Ph.D. candidate in psychology, University of Southern
California, Los Angeles; Gary Kennedy, M.D., director, geriatric psychiatry,
Montefiore Medical Center, New York City; James Burke, M.D., Ph.D., director,
Memory Disorders Clinic, Duke University Medical Center, Durham, N.C.; Nov. 10,
2013, presentation, Society for Neuroscience annual meeting, San Diego