El estudio, que aparece en
una edición en línea de la revista Frontiers in Aging Neuroscience, también
halló que los del grupo de ejercicio que mostraron mejoras en la memoria
también experimentaron un aumento en el flujo sanguíneo al hipocampo, la región
cerebral clave afectada por la enfermedad de Alzheimer. Dado que las técnicas
de imagen no invasivas permitieron a los investigadores identificar los cambios
cerebrales antes de que se produjera alguna mejora en la memoria de los
participantes, medir el flujo sanguíneo al cerebro podría ayudar a los médicos
a evaluar la salud cerebral y la efectividad de las estrategias de tratamiento.
"La combinación de
ejercicio físico y mental podría ser la mejor medida de salud para mejorar la
salud cerebral cognitiva general", aseguró Chapman. "Apenas hemos
comenzado a evaluar dónde estarían los límites de cómo podemos mejorar el
rendimiento cerebral al final de la vida. Pensar en que podemos alterar y
mejorar la estructura básica del cerebro maduro a través del ejercicio aeróbico
y el pensamiento complejo debería inspirarnos a desafiar nuestro pensamiento y
movernos a cualquier edad".
Artículo
por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTE: Center for
BrainHealth, news release,