Al menos una señal del autismo podría comenzar a verse incluso a los dos meses de vida, sugiere una investigación reciente.
El estudio de 110 bebés halló que los niños que luego fueron diagnosticados con autismo mostraron un declive en la cantidad de atención que prestaban a los ojos de otras personas a partir de los dos meses, y que el declive continuó hasta los 24 meses.
"Hallamos que las señales del autismo son medibles y observables en los primeros meses de vida", aseguró el autor del estudio, Warren Jones, director de investigación del Centro del Autismo Marcus de Children's Healthcare of Atlanta.
"Estas son las señales más tempranas del autismo que jamás se han observado", comentó Jones, y anotó que podrían estar asociadas con la gravedad de los síntomas.
Los niños autistas tienen problemas con las habilidades de comunicación y sociales, y con frecuencia exhiben conductas repetitivas. Los síntomas pueden ser leves, como en el síndrome de Asperger, o graves, como en el autismo en toda regla. Se estima que uno de cada 88 niños de EE. UU. sufre de un trastorno del espectro autista.
A pesar del declive observado en la atención ocular, los investigadores dijeron que los bebés diagnosticados luego con autismo prestaban más atención a los ojos de las personas de lo que esperaban.
"Esta información, la preservación de cierta observación ocular temprana, es importante porque en el futuro, si podemos utilizar una tecnología similar para identificar las señales tempranas de la discapacidad social, podríamos entonces considerar intervenciones para fomentar esa observación ocular temprana y ayudar a reducir algunas de las discapacidades asociadas que con frecuencia acompañan al autismo", planteó Jones.
Las terapias para el autismo funcionan mejor cuando comienzan mientras el cerebro aún está en desarrollo. "Esta ventana temprana del desarrollo podría ofrecer una oportunidad para intervenir que antes no sabíamos que teníamos", añadió Jones.
Los hallazgos, publicados en línea el 6 de noviembre como una carta en la revista Nature, deben ser confirmados en estudios de mayor tamaño antes de que puedan conducir a cambios en la práctica clínica.
Los déficits en el contacto visual son una señal clave de los trastornos del espectro autista, según la información de respaldo del estudio. Pero no estaba claro en qué momento comenzaban esos déficits.
Actualmente, el autismo con frecuencia se diagnostica mediante la utilización de una lista de comprobación científicamente validada diseñada para niños de 16 a 30 meses de edad, según Autism Speaks.
Para el estudio, los investigadores inscribieron a 59 bebés que se consideraban con un riesgo alto de desarrollar un trastorno del espectro autista porque tenían un hermano con autismo. Se inscribió a 51 bebés más considerados en bajo riesgo.
Para ver si podían precisar en qué momento comienza una falta de interés en los ojos de las demás personas, el equipo de investigación utilizó una tecnología que mide el enfoque de los bebés cuando se les muestran videos de los cuidadores realizando conductas normales.
Se mostró los videos a los bebés en 10 momentos entre los dos meses y los dos años de edad.
Para los tres años de edad, apenas un niño del grupo de bajo riesgo fue luego diagnosticado con un trastorno del espectro autista, en comparación con 12 niños del grupo de alto riesgo. Debido a que apenas dos eran niñas, los investigadores limitaron el análisis a los 11 chicos diagnosticados con autismo. Los compararon con 25 niños que se desarrollaban con normalidad en el grupo de alto riesgo.
Los investigadores anotaron que el declive en el interés en los ojos de las demás personas comenzó a los dos meses y continuó declinando hasta los dos años.
Un experto aseguró que los hallazgos constituyen un avance significativo.
"Se trata de un estudio muy bien hecho y muy revelador que documenta de forma precisa y sistemática que los niños que luego se diagnostican con trastornos del espectro autista presentan diferencias demostrables y progresivas en el contacto visual en la infancia. El hallazgo es un hito", aseguró el Dr. Andrew Adesman, jefe de pediatría del desarrollo y conductual del Centro Médico Pediátrico Steven & Alexandra Cohen de Nueva York, en New Hyde Park, Nueva York.
"Todavía no está nada claro si esto podría permitir un diagnóstico preciso y confiable más temprano. Pero si lleva a una identificación anterior, quizás conduzca al desarrollo de unas intervenciones más tempranas", comentó.
Jones señaló que estos déficits no son algo que los padres podrían observar por sí mismos. "No es algo que un padre pueda notar simplemente al sostener al bebé. Recolectamos muchas medidas durante un tiempo", explicó.
"Los padres no deben preocuparse si sus hijos no les están viendo todo el tiempo, pero si tienen unas inquietudes persistentes, deben hablar con el pediatra de su hijo", aconsejó Jones.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Warren Jones, director, research, Marcus Autism Center, Children's Healthcare of Atlanta and Emory University, Atlanta; Andrew Adesman, M.D., chief, developmental and behavioral pediatrics, Steven & Alexandra Cohen Children's Medical Center of New York, New Hyde Park, N.Y.; Nov. 6, 2013, Nature, online