Un estudio sugiere que un fármaco
aprobado para prevenir las convulsiones también ayudaría a adelgazar
a las personas obesas si se combina con dieta.
Pero los usuarios del fármaco zonisamida
también tuvieron efectos adversos, desde náuseas y vómitos
hasta ansiedad y depresión. Y dos investigadores ajenos a la
investigación cuestionaron el alcance de los beneficios de ese producto en el
mundo real.
"Cuando se administra para
tratar la epilepsia, produce algo de pérdida de peso", precisó el
autor principal, doctor Kishore Gadde, del Centro Médico de Duke University,
Durham, Carolina del Norte.
Eso, según explicó el autor, podría
atribuirse a la acción del fármaco sobre la serotonina y la dopamina,
dos neurotransmisores que activan los mecanismos cerebrales que
inducen la motivación y la recompensa, también orientados a la comida.
El equipo de Gadde estudió si la
zonisamida ayudaría a adelgazar a pacientes sin epilepsia junto con una intervención
conductual.
En el estudio publicado en Archives
of Internal Medicine, Gadde declara que posee varias patentes de zonisamida
como tratamiento para la obesidad y acciones de una empresa que está
desarrollando una combinación farmacológica con zonisamida.
Para la investigación, que financió
el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales,
el equipo le indicó al azar a 225 personas obesas consumir 200 o 400 mg diarios
de zonisamida o un placebo durante un año. Además, todos debían asistir
regularmente a una consulta nutricional y debían realizar más actividad física.
Al inicio del estudio, el Indice
de Masa Corporal (IMC) promedio era de 37,6 o el equivalente a una persona
de 1,70 m y 105 kg de peso. Al año, el grupo tratado con placebo había adelgazado
unos 4 kg, mientras que el grupo tratado con zonisamida había adelgazado
unos 4,5 kg.
Los participantes tratados con la
dosis diaria más alta adelgazaron unos 7 kg, pero con más efectos
adversos: 10 de esos 75 pacientes tuvieron náuseas o vómitos, mientras que 14
tuvieron cefaleas, 15 tuvieron infecciones, ocho percibieron una
alteración de la memoria y siete sintieron más ansiedad.
Los efectos adversos hicieron que
entre cuatro y seis participantes de cada grupo, incluidos los usuarios del placebo,
abandonaran el estudio.
Por disposición de la FDA, una
advertencia en la etiqueta del fármaco indica que zonisamida puede causar
prurito grave, pensamientos suicidas y trastornos cognitivos, entre otros.
La versión genérica del producto
cuesta unos 30 dólares y dura un mes.
El doctor Raj Padwal, investigador
especializado en obesidad de la Universidad de Alberta, Edmonton, Canadá, opinó
que la diferencia entre los grupos tratados con la dosis más alta de zonisamida
y placebo no fue más que "modesta". Dijo: "Los estudios previos
sobre zonisamida eran algo más promisorios, de modo que estos resultados son
algo desalentadores".
Gadde consideró que se necesitan
estudios más grandes, sobre cientos o miles de personas obesas en cada grupo de
tratamiento, para percibir claramente los beneficios y los riesgos del uso de
zonisamida para adelgazar. Le solicitará financiamiento para esa investigación
a los Institutos Nacionales de Salud.
Por Genevra Pittman (Reuters Health)
FUENTE: Archives of Internal Medicine, online 15 de octubre del 2012.