(Reuters Health) - Los ejercicios en agua
refuerzan las rutinas físicas en piso de los pacientes con enfermedad pulmonar
obstructiva crónica (EPOC) y otros trastornos.
Un equipo de Australia determinó que el ejercicio en una
piscina mejoraba los niveles de resistencia física y energía en personas con
EPOC, a la vez que reducía la obesidad y el dolor de espalda.
"El grupo que ejercitó en el agua mejoró su
funcionalidad en las actividades cotidianas, como caminar largas distancias al
hacer las compras", aseguró en un correo electrónico Renae McNamara,
fisioterapeuta del Hospital Príncipe de Gales, Randwick. "Sentían menos
fatiga y disnea cuando se duchaban o se vestían".
La EPOC incluye varias enfermedades respiratorias que impiden
respirar bien, como el enfisema y la bronquitis crónica. La Organización
Mundial de la Salud estima que 65 millones de personas padecen EPOC moderada a
grave. Existen fármacos para controlar los síntomas y el ejercicio reduce las
complicaciones respiratorias y la fatiga que produce la enfermedad.
Pero muchos pacientes abandonan los programas de
entrenamiento físico, que pueden ser extenuantes si existen otras enfermedades.
El nuevo estudio, publicado en European Respiratory Journal, es, para la
autora, el primero que evalúa los beneficios del ejercicio en estos pacientes.
Para eso, reunieron a 53 pacientes y les indicaron al azar
concurrir a clases en una piscina de hidroterapia, clases de gimnasia
tradicional o recibir el tratamiento médico habitual sin ejercicio. Los
programas físicos incluyeron tres clases semanales de una hora durante dos
meses; 45 pacientes finalizaron el estudio.
Los participantes que ejercitaban en piso o agua comenzaron a
caminar más rápido que los que recibían la atención tradicional, pero los que
lo hacían en la piscina padecían menos fatiga que los que hacían la gimnasia
tradicional, además de obtener una mayor resistencia física.
En una prueba física, en la que había que caminar lo más
rápido posible a una velocidad constante, los participantes que hacían
ejercicio en agua caminaron 228 metros más que los que hacían gimnasia
tradicional (para los investigadores, una diferencia de 203 metros es
significativa).
"El entrenamiento en agua fue el más efectivo por varios
motivos", dijo McNamara.
"El medio acuático es único por el efecto de la flotabilidad,
un fenómeno que soporta el peso corporal, reduce el esfuerzo articular y
facilita la movilidad; el agua tibia reduce el dolor porque aumenta la
circulación y el agua actúa como una resistencia de todos los movimientos
corporales, a diferencia de lo que ocurre al ejercitar en piso", agregó.
A pesar de las preocupaciones, el equipo no detectó abandonos
por el agravamiento de la EPOC en los pacientes que entrenaban en agua, a
diferencia de lo que ocurrió en el grupo que hizo la gimnasia tradicional,
aunque advirtió que la mayoría de los participantes no tenían enfermedad grave.
McNamara dijo que los pacientes "disfrutaron del
entrenamiento en agua y muchos sentían menos depresión y una mayor capacidad de
entrenamiento físico que antes les parecía demasiado difícil o doloroso en
piso".
La terapia física en agua ya se utiliza para tratar otras
enfermedades, como la artritis o el dolor articular. McNamara dijo que los
pacientes interesados en participar de un programa físico en el agua deberían
consultar primero con un médico de cabecera.
"Esos programas se realizan en piscinas de hidroterapia
o comunes -explicó la autora-. Es importante contar con un instructor que
controle y avance en el programa, como así también la interacción grupal y
social que se logra con las sesiones en grupo".
Fuente de la Historia:
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