(Reuters Health) - En un nuevo estudio, las personas operadas
para adelgazar aseguraron que consumían más alcohol a los dos años de la
cirugía que en las semanas previas. "Puede ser un riesgo que no debería
disuadir a los pacientes de la cirugía. Hay que controlar (el consumo de
alcohol) después de la operación", dijo Alexis Conason, coautora del estudio
del Centro de Investigación en Nutrición y Obesidad del Hospital St.
Luke-Roosevelt, Nueva York.
El estudio no dice si los participantes bebían de
manera peligrosa y no se registró un aumento evidente del consumo de drogas o
del tabaquismo después de la cirugía. "Esto no significa que todos los
pacientes con un bypass gástrico tiene problemas con el alcohol o se vuelve
alcohólico", aclaró Conason. El equipo estudió a 155 personas que se
realizaron un bypass gástrico o la banda gástrica, principalmente mujeres. Los
participantes tenían un IMC inicial de 46, lo que equivale a una persona de
1,70 m y unos 130 kg. La cirugía se recomienda para las personas con un IMC de
40 o más o de 35 con enfermedades como diabetes o apnea del sueño grave. En el
estudio, el consumo de alcohol entre los participantes disminuyó del 61 por
ciento al 20 por ciento al mes de la cirugía. A los tres meses, el porcentaje
comenzó a aumentar y a los dos años, el consumo era significativamente más alto
que antes de la intervención, según publica el equipo en Archives of Surgery.
Eso ocurrió principalmente en los pacientes con bypass gástrico. En una escala
de frecuencia de consumo de 0 a 10 (0=nunca; 5=a veces, y 10=siempre), los
participantes con bypass gástrico tuvieron un patrón promedio de consumo de
1,86 antes de la cirugía y de 3,08 a los dos años. Para Conason, el bypass
gástrico especialmente demostró que reduce significativamente la tolerancia al
alcohol, y lo hace hasta el punto de que algunos pacientes alcanzan un nivel de
alcohol en sangre por encima del límite permitido para conducir después de
beber una copa. Para algunos, ese efecto volvería más atractiva la bebida. Los
nuevos resultados "respaldan aún más la idea de conversar con los
pacientes sobre el consumo de alcohol, en especial aquellos que se realizarán
un bypass gástrico", opinó Wendy King, epidemióloga y especialista en
cirugías para adelgazar de University of Pittsburgh. La Sociedad Estadounidense
de Cirugía Metabólica y Bariátrica estima que cada año se realizan unas 200.000
cirugías para adelgazar. Cada una cuesta unos 20.000 dólares. Una limitación
del estudio es que sólo un cuarto de los pacientes iniciales estuvieron
disponibles para informar si consumían alcohol o drogas a los dos años, de modo
que el equipo ignora qué ocurrió con el resto de los participantes.
FUENTE:
Archives of Surgery, online 15 de octubre del 2012.
Por Genevra Pittman
Reuters
Health