Cualquier tipo de hemorragia siempre es alarmante para un
paciente, sea esta importante o leve, más aun cuando el órgano afectado es
aquel encargado de brindarnos uno de los sentidos más preciados para el hombre
como es la vista. Las hemorragias oculares pueden estar localizadas en las
distintas estructuras del ojo por lo que las describiremos a continuación.
El ojo rojo es un síntoma muy frecuente que
lleva al paciente a consultar de urgencia. Este enrojecimiento puede tener
diversas causas y es preciso hacer un diagnóstico acertado para prescribir una
terapéutica adecuada.
A nivel del párpado podemos encontramos: hematoma, equimosis que
pueden tener etiología traumática. Su pronóstico es favorable y el tratamiento
es sintomático.
Hemorragia
subconjuntival
Se manifiesta por placas de color rojo brillante u obscuro
que abarca una extensión más o menos grande de la conjuntiva ocular o bulbar,
sin síntomas inflamatorios. Se observan equimosis después de traumatismos,
operaciones e inflamaciones del globo ocular, aparecen con frecuencia en los
individuos de edad avanzada con vasos de paredes frágiles, siendo producida por
esfuerzos de distinta índole como el estornudo y en los niños después de acceso
de tosferina. Algunas veces ocurren hemorragias sin causas aparentes y sin que
el paciente las advierta hasta que él o alguien lo nota.
Otras causas en la producción pueden ser la hipertensión
arterial, diabetes, etc. No tiene importancia relevante y la sangre extravasada
se reabsorbe por medio de compresas de agua tibia y tratamiento de la
enfermedad de base.
Hifema.
Cuando se acumula sangre en la cámara anterior del ojo recibe
el nombre de hifema. Su tratamiento consiste en mantener al paciente en
posición Fowley, reposo absoluto,
oclusión binocular o monocular, dieta blanda, y evitar la constipación.
Hemorragia vitrea.
El cuerpo vítreo
puede estar afectado en su transparencia por acumulación de sangre, pus o
sustancias extrañas. Por ser un gel hidrófilo cualquier agresión mecánica,
química o cambio de reacción puede alterar su estructura.
Su tratamiento depende de su etiología, diabetes mellitus,
hipertensión arterial, discrasias sanguíneas, traumatismos.
Es importante su diagnóstico diferencial con una opacidad del
cristalino basándonos para ello en las imágenes de Purkinje.
Hemorragia retiniana
Aparece con frecuencia obedeciendo a varias causas como
traumatismos afección local de los vasos, enfermedades
cardiacas, diabetes mellitus,
estados patológicos de los vasos retinianos (arteriosclerosis e hipertensión
arterial), trastornos circulatorios (embolias y trombosis), alteraciones en la
composición de la sangre (leucemia, púrpuras, hemofilia) y pérdida de sangre
(hemorragias, hematemesis, melena, etc)
Las características de la hemorragia dependerán de la capa de
la retina donde se aloje la colección sanguínea; así la hemorragia puede ser estriada o en llamas, cuando se
sitúe en la capa superficial de las fibras nerviosas; redondeada, si se encuentra en las capas profundas; subhialoidea o pre retiniana, de gran
tamaño, de contorno redondeado por debajo y recto por encima, localizada
generalmente en la región de la mácula, ubicada entre la retina y la cápsula
hialoidea del vítreo; finalmente tendremos la hemorragia del cuerpo vítreo o hemovítreo cuando se rompe la
hialoides y la sangre pasa a esa estructura.
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