Una investigación publicada en la revista Nature encontró cuatro
tipos de cáncer de mama genéticamente determinados y a partir de ellos
identificó cambios en los genes que derivan en múltiples variantes de la
enfermedad.
El estudio, presentado en el más reciente número de Nature, realizado
en el contexto del Atlas del Genoma del Cáncer, abre expectativas de
nuevos tratamientos con medicamentos ya aprobados para tumores malignos
que afectan otras partes del cuerpo, así como medicación más específica
para alteraciones genéticas, que no se ha recetado.
El trabajo, en que participaron los doctores Charles Perou y Matthew
Ellis, mostró que en un cáncer de seno no muy común las células basales
forman un andamiaje en los ductos de leche y que éste tiene similitudes
con el de ovario.
“La comparación de tumores de mama tipo basal con alto grado de suero
con los de ovario mostró muchos atributos moleculares comunes,
indicando una etiología (causas de la enfermedad) relacionada y
posibilidades terapéuticas similares”, señalaron Perou y Ellis.
Otros dos tipos de cáncer de seno -los que están presentes en el
mayor número de casos- se desarrollan en las llamadas células luminales,
que recubren los ductos de leche.
En esos casos las proteínas presentes atrapan la hormona conocida como estrógeno, que propicia el crecimiento de los tumores.
El estudio, que analizó los genomas de 825 tumores de pacientes de
cáncer de mama, dividió esos dos tipos del padecimiento en luminal A y
luminal B, por lo que el tratamiento sería específico para cada uno.
La investigación, en la que participaron científicos del Instituto
Nacional del Cáncer de Estados Unidos (NCI, por sus siglas en inglés) y
el Instituto de Investigación Nacional del Genoma Humano, comprobó que
ciertas mutaciones se han asociado al cáncer luminal, por lo que
aparecieron como la causa real de la enfermedad, sin serlo.
El cuarto tipo de cáncer identificado en la investigación es el
denominado HER2-enriquecido, que ocasiona la presencia anormal de copias
del gen HER2 causante del crecimiento errático de las células
cancerígenas.
“Los similitudes moleculares de uno de los principales subtipos de
cáncer de mama encontrados en el de ovario permiten comparar mejor los
tratamientos entre estos dos”, según el doctor Harold Varmus, director
del NCI, que ha financiado parte de la investigación.
“Este tesoro de informaciones genéticas será examinado en detalle
para identificar cómo podemos utilizarlas de manera funcional y
clínica”, precisó Varmus en un comunicado.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se
diagnostican cerca de 1.3 millones de nuevos casos de cánceres de mama
en el mundo, que provocan 450 mil muertes.
En una mayoría de casos se trata de tumores esporádicos sin
antecedentes genéticos familiares. El factor hereditario es causante de
alrededor de 20 por ciento de los casos.
El cáncer de mama es el más frecuente entre mujeres. Los hombres
también pueden padecerlo, pero representan menos de uno por ciento del
total.
Fuente: La Jornada